diumenge, 3 de juliol del 2011

prison break



Si la serie de Prison Break me parece –en trazos generales- la puta crema; la primera temporada es el éxtasis en estado puro y, desde luego, el capítulo piloto es inmejorable.

Hay puntos esenciales que se repiten tanto en series televisivas como en sagas literarias, y que son los que mantienen al público enganchado hasta el final de la historia. Sólo en el piloto, ya se nos presentan la mayoría de estos puntos, y nace en nosotros la enfermedad Scofield (aunque, desde luego, un factor detonante es lo guapo que llega a ser Wentworth Miller).

o El personaje principal realiza un acto fuera de lo común.

Es decir, que Michael Scofield atraca un banco, lo cual sabemos –por boca del resto de personajes- que desencaja por completo con su forma de ser y de actuar hasta el momento. A esto debemos sumarle que casualmente acaba en la misma cárcel que su hermano condenado a muerte y que no opone resistencia en el juicio cuando se le condena.

Esto es lo primero que vemos de ésta gran serie, y engancha al espectador. Sabemos que ese acto tiene un porque, una finalidad clara, pero no sabemos cuál (y es obvio que deseamos saberlo).

o Giros dramáticos que causan furor.

En el piloto hay principalmente dos: cuando Scofiled le confiesa a Sucre que Lincoln es su hermano; y cuando le confiesa al mismo Lincoln que está allí para sacarlo de prisión.

o Se intercalan pequeñas subtramas de fuera de la cárcel.

Este punto, de momento, es más irritante que otra cosa, pero a la larga va a desencadenar en un interesantísimo recurso dramático, donde los personajes de dentro de la cárcel sabrán que sus seres queridos (de fuera de la cárcel) están sufriendo (la mayoría de veces por su causa) y no pueden hacer nada para ayudarles. El hecho de encerrar al héroe y que la acción transcurra fuera de su encierro, lejos de su alcance, suele crear una sensación de agobio en el espectador que lo mantiene pegado a la silla.

o Personajes secundarios de la cárcel y sus apariciones.

Dichos personajes van apareciendo conforme Scofiled los necesita, pero a la vez esto nos indica algo más (sobre todo en el caso de John Abruzzi): Scofield ha investigado a los presos antes de ingresar en prisión, y pretende utilizarlos en su fuga. Esto, así en frío, no supone un motivo de enganche a la serie, pero conlleva el proceso de convencer a tales presos y conseguir que confíen en ti (y tú en ellos), lo cual nos lleva al siguiente punto clave.

o Los imprevistos.

Scofield ha tramado un plan de puta madre para salir de Fox River, pero hay cosas que, desde fuera, no puede prever. Una de ella son las personas, la otra las situación en las que se encontrará. En este primer capítulo –mi querido piloto- aparece la primera de estas situaciones: se pelea en el patio y el alcaide decide encerrarlo en aislamiento noventa días. Scofiled consigue evitarlo, pero eso nos deja entrever que tendrá que superar muchas más situaciones como esa, que pondrán en peligro todo su plan y elevarán nuestro estado de nervios por las nueves, al ver que nuestros preciosos héroes (o antihéroes) están en considerables problemas.

o Origami.

Es interesante que Scofild se identifique con este pájaro, que lo convierta en su firma. Nos hace preguntarnos por qué.

o Relaciones humanas.

La relación entre Michael y Lincoln: Michael confía en la inocencia de su hermano aún sin pruebas y cuando hasta Verónica desconfía. Arriesga su vida por él, y esto nos toca la fibra sensible y nos hace seguir mirando la serie.

Entre Lincoln y los demás: con Verónica se empieza a ver que tuvieron una historia y que todavía no está cerrada, o con su hijo, LJ, a quien comprendemos y aborrecemos a partes iguales.

Michael y Sara: es crucial las señales que se nos dan en el piloto acerca de la enfermería, porque algo nos queda claro: Michael la necesita para salir de ahí. Pero como somos espectadores listos, vemos que entre él y Sara debe nacer alguna clase de sentimientos, y la pregunta ¿estará ella también dentro de su plan, la piensa utilizar?, no tarda en aparecer.

o Lincoln.

Es bastante chulo cuando Lincoln se encuentra a su hermano en la cárcel y no entiende el por qué. Por otro lado, no sabemos si Scofield lo sabía, pero sí sabemos que Lincoln está en alta seguridad y que no tiene contacto (a penas) con el resto de presos. ¿Cómo lo hará Michael para sacarlo de allí? Con el IP, desde luego –muy bueno, por cierto, que Abruzzi se entere de qué información tiene Scofield, no directamente por él, sino por terceros; esto le da a Michael cierto caché.

o La malvada conspiración.

La muerte del obispo nos confirma que realmente hay una conspiración de alguien sobre algo, e intuimos –acertadamente- que tiene que ver con la pena de muerte de Lincoln y su inocencia, esto nos engancha, porque nos toca la fibra sensible. Somos consciente de que un hombre inocente va a morir por culpa de x personas, y queremos (con muchas ganas) que Michael triunfe en su plan, porque es obvio que Lincoln no merece morir en la silla eléctrica. Repito (y aseguro): las injusticias que sufren los personajes mantienen al público enganchado a las series, libros o lo que sea, porque deseamos fervientemente verlos vencer.

o Final del piloto.

-¿Has visto los planos?

-Mejor, los llevo encima.

¿Qué añadir? Es un buen final para un piloto: ya sabemos con qué armas piensa Michael sacar a su hermano de Fox River, ahora sólo nos falta saber el cómo, y el molesto con quién.

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