Mil formas de lucha; mil formas de revolución; miles de ideas, hoy, aquí, a mi alrededor. Este es un momento histórico. No es una lucha de clases, no es una lucha de pueblos, no es una lucha de estudiantes, no es una lucha de trabajadores: esto es una lucha de ideales. Nos quitarán las plazas, nos detendrán, nos meterán miedo en el cuerpo, pero hay algo que no pueden hacer: cambiar aquello en lo que creemos, aquello por lo que luchamos. Diferentes pueblos, sexos, razas, edades, estilos y vidas juntos, cooperando, por la creencia de un mundo mejor. Lo creemos y lo exigimos. Hemos reído, hemos llorado, hemos corrido y hemos aguantado, y no lo hemos hecho solos: Madrid, Lleida, Grecia, París… Somos demasiados como para ser ignorados, a pesar de nuestra hilarante democracia. Por eso no vamos a dejar de luchar, ni a dejar de maravillarnos hasta las lágrimas cada vez que redescubrimos que el pueblo, nuestro pueblo, es la revolución.
©Tim William. 29.05.2011.
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